EL TIEMPO estuvo con Roger Federer y conoció su lado humano
domingo, 10 de febrero de 2008
Con la precisión de un reloj hecho en su país, el suizo llegó a la cita con los empleados de la casa matriz de Nike en Portland (E.U.), a las 3 de la tarde.
El número uno del tenis mundial vestía un pantalón azul oscuro, un saco negro, una camiseta azul clara y una cachucha verde con una O de color amarillo en el centro, que llevan con orgullo los habitantes del estado de Oregon.
Los aplausos no se hicieron esperar a su ingreso al Mia Hamma, uno de los 16 edificios de los que consta el campus de esta marca de ropa deportiva. Federer se sentó en una de las dos sillas del 'set' periodístico diseñado para la ocasión.
A diferencia de las tradicionales ruedas de prensa a las que tiene que asistir semanalmente luego de algún partido, Roger Federer tenía al frente a los empleados de Nike y no a los comunicadores que lo querían bombardear con preguntas. Y a su lado no estaba Larry King, uno de los más reconocidos periodistas de Estados Unidos, sino Phil Knight, el dueño de la empresa a la que él representa.
Una dura pregunta
Con la misma fuerza con la que despacha su primer servicio, pero no con la seriedad que afronta en cada partido, Federer se transformó de un momento a otro por un comentario de Knight, en tono burlón.
"No nos cayó bien tu derrota con Novak Djokovic, en la final del Abierto de Australia. ¿Por qué te dejaste ganar?".
En primera instancia, Roger soltó la risa, pero frente al duro saque de su 'rival' se puso serio y devolvió el servicio como suele hacerlo, con calidez y precisión.
"Él fue mejor. No hay duda de que jugó bien y no estuve en mi día", respondió.
Federer no considera a Djokovic como el rival más temido en la carrera por ser el mejor tenista del mundo, competencia en la que el español Rafael Nadal sigue siendo
el más temido.
"Rafa tiene un excelente tenis. Cada momento ratifica su buen nivel y no hay duda de que es el rival fuerte. Djokovic evidencia progresos, pero aún no está para pelear por el primer lugar", precisó Federer.
La calidez de Federer
Cada asistente a la cita ingresó al recinto con una boleta para participar en la rifa de tres viajes con gastos pagos para acompañar a Federer, bien sea en Wimbledon, Roland Garros o el US Open. Roger fue el encargado de girar la tómbola y sacar los números ganadores.
La expectativa era grande y el silencio se apoderó del escenario. Federer, sin tapujos, dijo:
"Esto no es una cancha de tenis y no estoy frente a mi enemigo. Quiero más alegría", y sin más, les pidió a las personas que golpearan en las mesas con sus manos para generar el suspenso durante la rifa.
Acompañado por el ensordecedor ruido, Roger gritaba lentamente cada uno de los cuatro números del ganador. El ahhhh de los perdedores y el grito de alegría de los ganadores se percibían fácilmente. Federer recibía en sus brazos y con una carcajada inmensa a los afortunados admiradores que sentían el orgullo de estar a su lado y alentarlo en un torneo grande.
"No es para menos, es mi ídolo y verlo jugar ha sido mi sueño. No puedo creer que lo acompañaré en Wimbledon", precisó Liana McCarthy, quien labora en el departamento de diseño de Nike.
Después de la rifa volvió la calma. Federer no se cansaba de reír y de burlarse de Knight, frente a la mirada atónita de su novia, la ex tenista Miroslava Vavrinec, quien soltó una frase inesperada: "Pocas veces lo he visto expresar su felicidad interior como en esta ocasión".
Los cambios de la vida
Y otra vez al partido. Roger Federer está a dos títulos de 'grand slam' para batir la marca de Peter Sampras de 14 triunfos, pero eso no le causa presión ni le preocupa. "Me gusta ganar y siempre salgo por el triunfo. Esa marca no está en mi cabeza y si llega, pues bien. Igualar y superar a un grande como Sampras debe ser algo de lo que hay que sentirse orgulloso. Sin embargo, no salgo con esa meta a jugar", precisó con la tradicional seriedad que lo acompaña cuando está en público.
Los cambios bruscos de vida lo han hecho madurar como persona y como tenista. Del deportista que rompía raquetas y gritaba con cada golpe, pasó a ser un hombre tranquilo, que no se desespera en la cancha, ni siquiera cuando está abajo en los 'sets'.
La muerte en el 2001 de uno de sus mejores amigos que siempre le criticaba esas actitudes y el 'Clásico de raquetas rotas' que protagonizó en alguna ocasión con el ruso Marat Safin, lo obligaron a cambiar. Pero en el Día de Roger Federer en Nike todo se le olvidó.]
Su relación con la gente
Finaliza el rato con Knight y el público se enfiló en busca de una foto y la firma de la gorra que cada uno recibió a la entrada del edificio.
La cola era interminable. Después de 30 minutos de contacto directo con la gente, el jefe de seguridad del campus, con voz gruesa, dijo: "Federer se va. Hasta aquí llegamos y se acabó"
Roger lo interrumpió: "Señor. Me quedo acá hasta que todo el mundo pase, se tome una foto y le firme la cachucha. No tengo ningún afán. Hoy es mi día con ellos".
Finalmente, llegó la hora de la irse. Federer salió del edificio, se paró frente al paredón de 15 metros donde se exhiben 12 fotografías en las que aparece levantando los trofeos de 'grand slam'.
Alzó los brazos respondiendo a la ovación de la gente y con su ya tímida sonrisa se metió al edificio que lleva su nombre, cerca al de Lance Armstrong, Tiger Woods, Peter Sampras y Michael Jordan
2 comentarios:
Sin duda, la calidad de Federer como persona nada tiene que envidiar a la que muestra sobre la pista. Es un honor ser su fan. Espero que se prepare bien para la gira de marzo. A darlo todo. Un saludo.
Definitivamente su calidad en la cancha es complementada con calidad humana, Gracias Federer por compartir con sus seguidores
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