En busca del Grand Slam completo...Toda la gloria

lunes, 1 de enero de 2007


BUENOS AIRES -- ¿Qué más puede ganar? ¿Qué más quiere ganar? Si bien en el 2006 se la pasó quebrando récords, todavía le queda un desafío a Roger Federer. Y no es un mero detalle. Por eso se merece el análisis: es que pretende obtener por primera vez Roland Garros. Claro, de ser posible, intentará dar ese salto de calidad y luego poder concretar la hazaña del Grand Slam completo, es decir, lograr los cuatro Mayors en el mismo año.
La pregunta que se repiten millones y millones de sus fanáticos es si realmente podrá. A la hora del balance de lo que hizo en esta inolvidable temporada, se plantea este nuevo reto. Y obviamente puede conseguirlo. De hecho, estuvo a un solo paso. Como pasó en el 2004, ahora el suizo se coronó en Wimbledon, el US Open y el Abierto de Australia. La gran diferencia es que este año llegó por primera vez a la final del Abierto de Francia.

En toda la historia, sólo dos varones pudieron darse el enorme placer de ganar los cuatro Grand Slam en el mismo año: el estadounidense Donald Budge, en 1938, y el australiano Rod Laver, en 1962 y 1969. Desde entonces, en los últimos 37 años, nadie pudo imitar esa racha. Y únicamente Andre Agassi se adjudicó los cuatro Mayors, aunque el estadounidense lo hizo en diferentes temporadas.
Por eso mismo, la nueva meta de Federer es en busca de más gloria, de alcanzar a los grandes de siempre. Y desde 1969 apenas dos hombres se adjudicaron tres de los cuatro citados campeonatos en el mismo calendario: Jimmy Connors, en 1974, y Mats Wilander, en 1988. Al estadounidense le faltó coronarse en Roland Garros, donde no participó, y al sueco le quedó la deuda en Wimbledon, al ser eliminado en los cuartos de final.
Estos datos sirven para graficar mucho mejor lo difícil que es semejante hazaña. Y los seguidores de Federer le tienen fe, más allá de su idolatría, por su estirpe ganadora y porque ya dejó en claro que está muy cerca. En una reciente encuesta realizada por ESPNdeportes.com, sobre más de 3.000 personas que participaron, el 53% dijo que el suizo logrará los cuatro Mayors en el 2007. Un síntoma de la confianza que le tiene la gente.
UN LUGAR EN LA HISTORIAComo pasa con otras figuras de los últimos tiempos, tales los casos de Connors, sus compatriotas Pete Sampras y John McEnroe, el alemán Boris Becker y el sueco Stefan Edberg, es Roland Garros la espina que les quedó clavada, en esa lenta arcilla parisina tan esquiva para los dueños de un estilo ofensivo, muy agresivo. Connors, Sampras y Becker sólo accedieron hasta semifinales, mientras que McEnroe y Edberg fueron una vez finalistas.
Inclusive, éstos dos últimos tuvieron claras ventajas, pero se les escapó. Igualmente, nunca llegaron a obtener tres Grand Slam en el mismo año. En principio, si Federer no puede adjudicarse los cuatro en el 2007, al menos tratará de acortar la distancia con respecto del récord mundial de Sampras, que suma 14 Mayors. El suizo, con 25 años, ya lleva nueve y tiene apenas a cinco jugadores por delante.
Además de Sampras, aparece el australiano Roy Emerson, con 12, Laver y el sueco Björn Borg, con 11, y el estadounidense Bill Tilden, con 10. Sin dudas, Federer ya juega y vibra con el tenis por ser cada vez más grande, por conseguir una porción aún mayor de gloria. Y sabe que, con su perfil bajo, su mentalidad superganadora, su anticipación y su inteligencia, es capaz de seguir abriéndose camino entre los máximos ídolos.
Como vemos, en el 2006 fue el huracán Federer el que estuvo más cerca de todos de poder igualar a Laver y Budge. Quedó a dos sets, en la definición de París, frente a su escolta, Rafael Nadal. Embolsó el primero y luego perdió los tres siguientes, aunque el cuarto fue en tie-break. Fue superado con claridad por el español, el rey del polvo de ladrillo, pero demostró que está más cerquita. Y esa confianza vale oro.
En cambio, en el 2004, si bien también festejó en Australia, Wimbledon y el US Open, cayó en la tercera rueda de Roland Garros, ante el brasileño Gustavo Kuerten, ex triple campeón parisino y ex rey. La diferencia entre aquella versión de Federer y la de este año fue que aprendió a tener más paciencia, un ítem clave en canchas lentas. Además, mejoró mucho con su revés y entonces ya no sufre tanto cuando es atacado por ese lado.
MÁS CERCA QUE EL RESTOSi bien se dijo que otros ex colegas de primera línea estuvieron a un paso de brillar en París, lo de Federer es diferente. Por el simple hecho de que se adaptó mejor a una superficie compleja para el que no se crió jugando allí. De hecho, si bien en el 2006 no pudo repetir las conquistas del Masters Series de Hamburgo del 2004 y el 2005, faltó debido a que llegó muy cansado tras ser finalista en Montecarlo y Roma.
Fue la primera vez en su vida que trepó a esas dos definiciones, en las que también perdió con Nadal. Como en París, en Mónaco cayó en cuatro parciales. En tanto, casi da el golpe en Italia, porque recién fue superado por el español por 7-5 en el tie-break del quinto set. Es innegable que en arcilla no se mueve con la comodidad que lo hace sobre cemento, carpeta sintética y césped, pero se animó, le perdió el miedo y se ganó el respeto de todos.
Sin dudas, esas tres finales mostraron que Federer puede. Y entonces, más que nunca, él mismo, su gente y el público en general ve posible la proeza del Grand Slam completo. Ya no se lo ve como una utopía y eso es mucho decir. Su gran enemigo, pese a que otros también pueden darle pelea en cualquier cancha, volverá a ser Nadal y su zurda endiablada. La motivación extra del suizo es que lo superó en los dos últimos duelos.
Está claro que lo hizo lejos de la arcilla, en el pasto de La Catedral, en la final, y en el sintético de la Copa Masters, en semi. Así, redujo las desventaja con Nadal, el único humano que tiene récord positivo con Federer, el que para muchos es un extraterrestre, una máquina de ganar. Por eso mismo, agregado a su evolución en superficie lenta, el paso arrollador del suizo lo convierte en el hombre a vencer por todos.
En el 2006, Federer se transformó en el primer varón en acumular por lo menos 11 títulos en tres temporadas seguidas. Había logrado ese número en los dos años previos y ahora festejó en 12 ocasiones, siempre sobre canchas rápidas. Y ya suma 45 coronas como profesional. Un dato ineludible: llegó hasta la final en 16 de los 17 certámenes que disputó, con una eficacia del 95%, ya que ganó 92 partidos y apenas perdió cinco.
Con 150 semanas consecutivas en la cima, gracias a su mente fría y su estilo exquisito, va en camino de ser, en febrero, el hombre con más tiempo ininterrumpido como Nº 1 del mundo. Y se convirtió en el primero en embolsar más de 8.000.000 de dólares en premios oficiales en una sola temporada. Demasiadas razones, contundentes y gráficas, de que estamos en presencia de un verdadero monstruo, de un elegido como pocos.
Por eso, Federer, consagrado "Maestro" en tres de los últimos cuatro años, es un fuera de serie. ¿Y quién le puede impedir soñar despierto con la hazaña máxima? Nadie. Lo mejor del suizo es que, aún sabiéndose superior, no pierde la humildad y la sencillez, lo que lo convierte en un grande con mayúsculas. Esa forma de ser es clave para no dar nada por ganado de antemano. Está en la puerta, muy cerca. De él depende, más que nunca.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Si gana Australia ira con ganas a ganar Roland Garros,caso contrario no podrá ganar en la arcilla.

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